El color de la Madre Tierra, del proceso creador. Asociado al paso del tiempo, a todo lo corriente y mundano.
Es el que está presente en mayor proporción en la naturaleza y en general en todo lo que nos rodea.
Durante muchos años fue el color de los campesinos, ya que los aditivos para teñir los tejidos eran extremadamente caros y estaban reservados a la nobleza y a la gente acaudalada.
El marrón es el color de lo tangible, de lo que nos ata a la tierra y a la realidad. Del día a día. Es el color de la maduración y el crecimiento interior. De la introspección y el aprendizaje a través del tiempo y la experiencia.
Se emplea en rituales que impliquen un paso adelante, el cierre de un ciclo y la asimilación de lo aprendido para no cometer de nuevo los mismos errores.

Marrón: el poder del aprendizaje
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